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martes, 22 de mayo de 2012

¿La materia es continua o discontinua?




Esta es una de las preguntas que inquieta a muchas personas, Aristóteles creía que toda la materia existente en el universo estaba compuesta por cuatro elementos básicos: tierra, agua, fuego y aire. Estos elementos sufrían la acción de la gravedad (tendencia de la tierra y del agua a hundirse) y la ligereza (tendencia del aire y del fuego a ascender)

También creía que la materia era continua, es decir, que cualquier clase de materia podía dividirse sin límite hasta quedar en partes cada vez más pequeñas. Sin embargo, algunos sabios griegos como Demócrito, sostenían que la materia era discontinua (indivisible) y que estaba constituida por átomos (palabra que en griego significa "sin división")


En 1886, el físico alemán Eugene Goldstein descubrió partículas con carga positiva a las cuales llamó protones. Por el año de 1905, ya se sospechaba que los átomos no eran indivisibles. En 1897, Thomson había demostrado la existencia de una partícula llamada electrón.


En 1911, el físico británico Ernest Rutherford demostró que los átomos tienen una estructura interna: están formados por un núcleo extremadamente pequeño y con carga positiva, y alrededor de él giran los electrones. Rutherford dedujo esto analizando el modo en que las partículas alfa (α), que son partículas con carga positiva emitidas por átomos radiactivos, son desviadas al colisionar con los átomos.

En 1932, James Chadwick descubrió que el núcleo contenía otras partículas llamadas neutrones, con casi la misma masa del protón pero sin carga eléctrica.

Anteriormente se creía que los protones y los neutrones eran partículas "elementales", pero al hacer colisionar protones con otros protones o con electrones a alta velocidad, se evidenció la existencia de partículas más pequeñas.

Estas partículas fueron llamadas quarks (expresión tomada de la obra Finnegan´s Wake de James Joyce) por el físico Murray Gell – Mann. Varias especies de quarks se combinan de manera específica para formar los protones y neutrones. (Los quarks, junto con los leptones, son los constituyentes fundamentales de la materia)



Actualmente sabemos que los átomos, los protones y los neutrones son divisibles. Entonces la pregunta es:

Dado que la longitud de onda de la luz es mucho mayor que el tamaño de un átomo, no se puede esperar que se puedan observar normalmente las partes de un átomo, se necesita usar algo con una longitud de onda mucho más pequeña.

La mecánica cuántica nos dice que las partículas son en realidad ondas, y que cuanto mayor es la energía de una partícula, tanto menor es la longitud de onda de su onda correspondiente. Usando la dualidad onda – partícula, todo en el universo puede ser descrito en términos de partículas. Estas partículas tienen una propiedad llamada espín. Todas las partículas conocidas del universo se pueden dividir en dos grupos: partículas de espín 1/2, las cuales forman la materia del universo, y partículas de espín 0, 1 y 2, las cuales dan lugar a las fuerzas entre las partículas materiales.

Un entendimiento adecuado del electrón y de otras partículas de espín 1/2 llegó aproximadamente en 1928, cuando apareció una teoría satisfactoria propuesta por Paul Dirac. Esta teoría predijo que el electrón debería tener una pareja: el antielectrón o positrón (descubierto por Carl Anderson). El descubrimiento del positrón en 1932 confirmó la teoría de Dirac. Ahora sabemos que cada partícula tiene su antipartícula con la que puede aniquilarse.

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